En lo que va del año, se secuestraron 150 kilos de efedrina en Paraguay, la mayoría enviada desde la Argentina, según informó la Secretaría Nacional Antidrogas paraguaya (SENAD). El número es sorprendente si se lo contrasta con los apenas cuatro kilos que ingresaron en forma legal al país vecino.
'Llama mucho la atención estos datos', ya que durante el 2007 'no hubo procedimientos de secuestro de esa sustancia', afirmó el agente especial Federico Pfefferkorn, jefe de la Oficina de Fiscalización de Sustancias Químicas y Farmacias del organismo paraguayo. El funcionario afirmó que 'nuestro país (Paraguay) sólo es referencia de paso, porque el destino es México'. Allí, los trámites de importación incluyen la aprobación oficial, la justificación ante el Ministerio de Salud y la SENAD y que se notifique a los pares de Aduanas de los países que participen de la operación. Por otra parte, voceros de Migraciones de Paraguay informaron que 'en el transcurso del 2008 son 1500 los ciudadanos mexicanos que arribaron al país'.
Miguel Ángel Toma, secretario de Seguridad Interior durante el gobierno de Carlos Menem, explica la situación del narcotráfico en la Argentina.
¿Qué consecuencias se derivan del consumo de estupefacientes?
El consumo de droga, provocado por el incremento de su producción y de su tráfico en la Argentina, genera delitos violentos. Además, el narcotráfico tiene una doble incidencia: aumenta la cantidad de crímenes y también suele producir ataques más brutales y crueles en su ejecución. Ese es el círculo vicioso en el que estamos inmersos.
Hace apenas dos meses, tres empresarios llamados Leopoldo Bina, Damián Ferrón y Sebastián Forza fueron encontrados asesinados en un zanjón en la localidad de General Rodríguez, en la provincia de Buenos Aires. Habían sido asesinados a sangre fría. Las características del crimen transmiten connotaciones mafiosas: muchas hipótesis se refieren al hecho con los términos “ajuste de cuentas”, “revancha de narcotraficantes” y “negocios sucios”. El juez a cargo de la causa, Federico Faggionato Márquez, pidió hace unos días la extradicción de Jesús Martínez Espinoza, un mexicano aparentemente vinculado con el crimen de los empresarios. La suposición más difundida es la que indica que ellos habían interferido en la comerciaización internacional de la efedrina y, debido a esto, fueron sacados del medio por los grandes carteles de narcotraficantes, entre ellos el famoso y temerario “cartel de sinaloa,” de Méjico. Las autoridades aún están investigando el caso para determinar las causas del asesinato.
Tras el llamado “triple crimen” de General Rodríguez la cuestión sobre la venta ilegal de una sustancia llamada efedrina se volcó al centro del debate público. ¿Qué es la efedrina y por qué se demanda?
La efedrina es un precursor para el desarrollo de drogas sintéticas. En especial, se la utiliza para la fabricación de éxtasis. Se relaciona con el desembarco de carteles de la droga en la Argentina.
A lo largo de los últimos meses, el ministro de justicia, seguridad y derechos humanos Aníbal Fernández se refirió a la “despenalización de las drogas.” No obstante, muchos abogados declaran que de hecho la ley no pena los consumos personales. Existe también una opinón generalizada de que existe un vacío legal en torno al tema. ¿Cuáles son sus percepciones respecto a esta cuestión?
Hablar de la despenalización de las drogas es una cortina de humo para no hablar de los temas que realmente importan. Por ejemplo, no tenemos radares para detectar qué entra y qué sale de la Argentina. En el año 1996, yo logré aprobar en el Congreso el Plan Nacional de Radarización y lamentablemente nunca se cumplió. Fue un problema de ejecución posterior y no del Congreso. Hoy nos encontramos con que no sólo no podemos controlar el ingreso de la droga al país sino que tampoco podemos supervisar la seguridad del tránsito aéreo. En la Argentina, hay tres radares móviles denominados 3D. Pueden identificar el rumbo, las características y la altura de una aeronave sin la necesidad de que esta cuente con un mecanismo que informe esos datos. Sólo dos de ellos son operativos. No cubren la totalidad del espacio aéreo y por esta razón se producen agujeros.
¿Qué efectos producen estos agujeros?
Por ejemplo, cuando los narcotraficantes (o cualquiera que intente traer algo de contrabando al país) verifican que están siendo cubiertos por un radar, cambian de dirección. Buscan por donde perforar la frontera por el lugar donde el radar no los puede captar. Los radares móviles no sirven para nada. Lo que se necesita es un plan que radarice la totalidad de la frontera. ¡Cómo no va a ser este país el paraíso para narcotraficantes! La única inversión directa extranjera que está recibiendo la Argentina es la del narcotráfico.
¿Cree que esta problemática tendrá una solución a corto plazo?
Es muy preocupante. Me gustaría recalcar algo que es central: no es que estamos en un pico, estamos en el inicio recién de un proceso de larga duración. Nadie toma conciencia de adónde se puede llegar si se continúa con la “política del avestruz”, es decir, meter la cabeza y esconder los problemas. Digo “política del avestruz” porque no quiero pensar que existe connivencia.
¿Cuál es el rol del gobierno respecto a estos asuntos?
Lo peor que le puede pasar a cualquier gobierno o cualquier funcionario es negar la realidad. Aníbal Fernández dice que no hay carteles de droga y es cierto. Pero que no los haya no significa que éstas no sean las primeras y más fuertes manifestaciones de que se están empezando a organizar. Lo que me preocupa es el intento oficial por ocultar la profundidad y la magnitud de lo que nos espera.
A lo largo de su gestión, el ministro de justicia Aníbal Fernández se encargó de transmitir la voz gubernamental respecto a estas cuestiones. En primer lugar, repitió en varias ocasiones su intención de descriminalizar y despenalizar el consumo que, de hecho, no está penado en las normativas vigentes. Sin embargo, produce curiosidad el hecho de que nadie le haya cuestionado su afirmación. En este sentido, participó de diversas conferencias de prensa, encuentros bilaterales con funcionarios de otros países como su contraparte en Paraguay, brindó testimonio a la prensa y a la radio de modo cotidiano, y la profundización del asunto aún brilla por su ausencia.
Mariana Marcaletti y Brenda Lynch Wade
'Llama mucho la atención estos datos', ya que durante el 2007 'no hubo procedimientos de secuestro de esa sustancia', afirmó el agente especial Federico Pfefferkorn, jefe de la Oficina de Fiscalización de Sustancias Químicas y Farmacias del organismo paraguayo. El funcionario afirmó que 'nuestro país (Paraguay) sólo es referencia de paso, porque el destino es México'. Allí, los trámites de importación incluyen la aprobación oficial, la justificación ante el Ministerio de Salud y la SENAD y que se notifique a los pares de Aduanas de los países que participen de la operación. Por otra parte, voceros de Migraciones de Paraguay informaron que 'en el transcurso del 2008 son 1500 los ciudadanos mexicanos que arribaron al país'.
Miguel Ángel Toma, secretario de Seguridad Interior durante el gobierno de Carlos Menem, explica la situación del narcotráfico en la Argentina.
¿Qué consecuencias se derivan del consumo de estupefacientes?
El consumo de droga, provocado por el incremento de su producción y de su tráfico en la Argentina, genera delitos violentos. Además, el narcotráfico tiene una doble incidencia: aumenta la cantidad de crímenes y también suele producir ataques más brutales y crueles en su ejecución. Ese es el círculo vicioso en el que estamos inmersos.
Hace apenas dos meses, tres empresarios llamados Leopoldo Bina, Damián Ferrón y Sebastián Forza fueron encontrados asesinados en un zanjón en la localidad de General Rodríguez, en la provincia de Buenos Aires. Habían sido asesinados a sangre fría. Las características del crimen transmiten connotaciones mafiosas: muchas hipótesis se refieren al hecho con los términos “ajuste de cuentas”, “revancha de narcotraficantes” y “negocios sucios”. El juez a cargo de la causa, Federico Faggionato Márquez, pidió hace unos días la extradicción de Jesús Martínez Espinoza, un mexicano aparentemente vinculado con el crimen de los empresarios. La suposición más difundida es la que indica que ellos habían interferido en la comerciaización internacional de la efedrina y, debido a esto, fueron sacados del medio por los grandes carteles de narcotraficantes, entre ellos el famoso y temerario “cartel de sinaloa,” de Méjico. Las autoridades aún están investigando el caso para determinar las causas del asesinato.
Tras el llamado “triple crimen” de General Rodríguez la cuestión sobre la venta ilegal de una sustancia llamada efedrina se volcó al centro del debate público. ¿Qué es la efedrina y por qué se demanda?
La efedrina es un precursor para el desarrollo de drogas sintéticas. En especial, se la utiliza para la fabricación de éxtasis. Se relaciona con el desembarco de carteles de la droga en la Argentina.
A lo largo de los últimos meses, el ministro de justicia, seguridad y derechos humanos Aníbal Fernández se refirió a la “despenalización de las drogas.” No obstante, muchos abogados declaran que de hecho la ley no pena los consumos personales. Existe también una opinón generalizada de que existe un vacío legal en torno al tema. ¿Cuáles son sus percepciones respecto a esta cuestión?
Hablar de la despenalización de las drogas es una cortina de humo para no hablar de los temas que realmente importan. Por ejemplo, no tenemos radares para detectar qué entra y qué sale de la Argentina. En el año 1996, yo logré aprobar en el Congreso el Plan Nacional de Radarización y lamentablemente nunca se cumplió. Fue un problema de ejecución posterior y no del Congreso. Hoy nos encontramos con que no sólo no podemos controlar el ingreso de la droga al país sino que tampoco podemos supervisar la seguridad del tránsito aéreo. En la Argentina, hay tres radares móviles denominados 3D. Pueden identificar el rumbo, las características y la altura de una aeronave sin la necesidad de que esta cuente con un mecanismo que informe esos datos. Sólo dos de ellos son operativos. No cubren la totalidad del espacio aéreo y por esta razón se producen agujeros.
¿Qué efectos producen estos agujeros?
Por ejemplo, cuando los narcotraficantes (o cualquiera que intente traer algo de contrabando al país) verifican que están siendo cubiertos por un radar, cambian de dirección. Buscan por donde perforar la frontera por el lugar donde el radar no los puede captar. Los radares móviles no sirven para nada. Lo que se necesita es un plan que radarice la totalidad de la frontera. ¡Cómo no va a ser este país el paraíso para narcotraficantes! La única inversión directa extranjera que está recibiendo la Argentina es la del narcotráfico.
¿Cree que esta problemática tendrá una solución a corto plazo?
Es muy preocupante. Me gustaría recalcar algo que es central: no es que estamos en un pico, estamos en el inicio recién de un proceso de larga duración. Nadie toma conciencia de adónde se puede llegar si se continúa con la “política del avestruz”, es decir, meter la cabeza y esconder los problemas. Digo “política del avestruz” porque no quiero pensar que existe connivencia.
¿Cuál es el rol del gobierno respecto a estos asuntos?
Lo peor que le puede pasar a cualquier gobierno o cualquier funcionario es negar la realidad. Aníbal Fernández dice que no hay carteles de droga y es cierto. Pero que no los haya no significa que éstas no sean las primeras y más fuertes manifestaciones de que se están empezando a organizar. Lo que me preocupa es el intento oficial por ocultar la profundidad y la magnitud de lo que nos espera.
A lo largo de su gestión, el ministro de justicia Aníbal Fernández se encargó de transmitir la voz gubernamental respecto a estas cuestiones. En primer lugar, repitió en varias ocasiones su intención de descriminalizar y despenalizar el consumo que, de hecho, no está penado en las normativas vigentes. Sin embargo, produce curiosidad el hecho de que nadie le haya cuestionado su afirmación. En este sentido, participó de diversas conferencias de prensa, encuentros bilaterales con funcionarios de otros países como su contraparte en Paraguay, brindó testimonio a la prensa y a la radio de modo cotidiano, y la profundización del asunto aún brilla por su ausencia.
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